¡CONTIENE SPOILERS!
La obra de Arthur Miller, Death of a Salesman (“Muerte de un viajante» en castellano) ha sido considerada como una de las tragedias modernas más importantes del siglo XX. En esta obra, el autor presenta la historia de Willy Loman, un comercial que se enfrenta a la crisis de su vida personal y profesional. Es un hombre que vive en el pasado, que se engaña a sí mismo y a su familia con falsas ilusiones de éxito y que no acepta la realidad de su fracaso. Al final de la obra, se suicida creyendo que así podrá dejar un legado a su hijo Biff, el único que reconoce la verdad sobre su padre.
¿Puede Willy ser considerado como un héroe moderno?
Para responder a esta pregunta, es necesario analizar la obra según las características de las tragedias clásicas. Según Aristóteles, una tragedia es una imitación de una acción seria y completa que provoca compasión y temor en el espectador. El protagonista de una tragedia debe ser una persona noble, pero con un defecto o error (hamartia) que le lleva a su desgracia. Además, el protagonista debe experimentar un cambio de fortuna (peripeteia) y un reconocimiento (anagnórisis) de su error.
Según estos criterios, Willy podría ser visto como un héroe moderno, aunque con algunas diferencias respecto a los héroes clásicos. Willy no es una persona noble, sino un hombre común que representa a la clase media americana. Su defecto es su ilusión por el sueño americano, que le impide ver la realidad y adaptarse a los cambios sociales y económicos. Su cambio de fortuna se produce cuando pierde su trabajo y se da cuenta de que no tiene nada que ofrecer a su familia. Su reconocimiento es parcial, ya que solo reconoce su fracaso como padre, pero no como vendedor. Willy se suicida creyendo que así podrá redimirse y ayudar a su hijo Biff, pero en realidad solo consigue aumentar el dolor y la decepción de su familia.
Por lo tanto, Willy es un héroe moderno trágico, que refleja la angustia y el vacío existencial del hombre contemporáneo. Su muerte no es una solución, sino una huida de la realidad. Su tragedia es la de un viajante que nunca llega a su destino.